Todos en su familia la ven apenas como a una muchacha confundida por su juventud y cegada por las nuevas
ideas que se propagan en la época. Cuando la fecha de la boda se vuelve inminente, Madeleine ve como último e
improbable recurso hacer uso de un medallón que ha estado en su familia por generaciones y del que dicen que permite el
viaje en el tiempo. Un tanto escéptica, decide hacer el intento. Condado de Berkshire, 1537. James Forterque-Hamilton
es un guerrero temido y respetado. Se ha hecho un lugar en los turbulentos tiempos que le tocan vivir a fuerza de su
valentía en la batalla y de su porte intimidante que disuade a los rivales y seduce a las mujeres. Cuando la joven
Madeleine aparece en sus tierras con pruebas de un complot para asesinarlo, desconfía inmediatamente de ella. Sin
embargo, ambos se verán obligados a aliarse: los enemigos de James acechan y la muchacha es la única capaz de torcer el
curso de su destino.

Elizabeth Butler siempre soñó con castillos, princesas y caballeros, con la antigua Inglaterra y con amores
de leyenda; por ello se hizo historiadora, encaminándose sin darse cuenta hacia un destino que sus ancestros ya habían
marcado para ella en el siglo XVI. Elizabeth no conoce su verdadero pasado ni el valor extraordinario de un medallón
que heredó a los quince años y que la convertirá en la obsesión de un poderoso lord del siglo XVI, William Forterque-
Hamilton, enviado al futuro por su mayor enemiga, Marian de Lancaster, la dueña original del medallón. William y Ellie
se conocerán gracias a las fuerzas del destino y a la magia del Medallón de los Lancaster, y el amor los unirá,
transformando a la moderna muchacha neoyorkina, en la señora de su castillo, y al poderoso y frío caballero inglés, al
guerrero temido y admirado, en un marido enamorado, a pesar de los peligros que los acechan, de la guerra feroz que
Marian de Lancaster desplegará sin tregua contra ellos, y de todas las fuerzas oscuras que se empeñarán por separarlos.